Maria, era una mujer independiente, profesional, ecónomica, y últimamente incluso afectivamente.
Tras el profundo fracaso de su última relación había decidido, que las relacciones con los hombres, era una asignatura para ella, que no aprobaría jamás.
Estaba visto que, o no existia esa media naranja, o de existir, había vivido en otra época o en otra dimension.
A los ventitres, se había casado con el hombre con el cual se imaginaba, que compartiria el resto de sus años. Con el que formaría una familia, barbacoas familiares, perro, valla blanca, etc.
Pero ese proyecto, habia concluido de manera unilateral, por una de las partes.
Hacen falta dos personas, para inciar una relacción. Dos para llevarla a cabo, pero solo una para darla por terminada.
Así que a los treinta, maria se encontró, sola frente al mundo, teniendo que renovar conceptos de la vida, objetivos. Asumir que lo que ella esperaba de la vida a corto, medio plazo, había variado.
Ahora habria de aprender a caminar sola.
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